¿Por qué podemos?
El 15 de mayo de 2011 abrió un ciclo de movilizaciones que, más allá de su masividad, expresaba una situación de divorcio entre el país real y el país oficial. Hubo quienes sólo quisieron leer en aquellas protestas el enfado por la crisis económica y las políticas injustas que la agravaban. Algo de eso había, pero no era todo, y quienes hicieron lecturas cortoplacistas o creyeron que el tablero político español estaba fijado y sus posiciones ancladas para siempre, pocos años después, tendrían que cambiar el ritmo apresuradamente. Pero ya el año pasado era tarde para ellos. Era tarde para los eslóganes de los socialistas y del PP que trataban de convencernos de que en 40 años de democracia, haber superado 3 veces, 3, el 20% del paro, no era culpa del sistema. Claro que es culpa del sistema, un sistema que se ha entregado a la especulación y a las ansias de poder. Por eso, ahora en las elecciones generales podemos cambiar la situación no votando a las opciones que hasta ahora nos han traído a dónde estamos. Votar a Ciudadanos o Podemos en nuestra provincia es mejor opción que votar al PP o al PSOE. Y, ¿por qué podemos? Porque nunca se había estado tan cerca de acabar con el bipartidismo. No hasta ahora.