El gesto de Sánchez

22 jun 2016 / 18:00 H.

Hay quien en el amor, en la guerra y en el día a día utiliza todo lo que le queda a mano para hacer daño, para medrar a favor de sus intereses, para conseguir el objetivo da igual cómo. Sin contención, sin mesura. No nos debe escandalizar, por lo tanto, que haya equipos electorales dispuestos a utilizar el saludo y la posterior limpieza de mano del candidato socialista, Pedro Sánchez, a una ciudadana negra para tacharlo de racista... Lo que da el nivel de quien lo utiliza no tanto del que en una reacción hace un gesto instintivo. En esta campaña electoral el nivel de bazofia no ha sido tan alto como en otras ocasiones, aunque aún tienen tiempo de remediarlo. Sin ir más lejos, en Reino Unido y su campaña sobre la pertenencia o no a la Unión Europea el nivel es, sinceramente, vomitivo. Un español, que vive en Londres desde hace tiempo, me decía el otro día que da igual el resultado porque el daño está hecho. Y lo decía en un sentido muy concreto, se ha apuntado a los inmigrantes, a los de fuera, como explicación de todos sus males, aunque, por ejemplo, el paro no suba del 5%. Todo vale para, si se me permite la expresión, emponzoñar, enmierdar. Luego nos lamentamos, tardíamente, de las consecuencias.