Un viaje sin retorno
Llegamos a la recta final de la carrera para tomar el poder y los partidos inician el sprint que les puede llevar a conseguir su objetivo, que no es el bien de los españoles, sino el sillón de La Moncloa. Algunos están ya, anticipadamente, derrocados, inexplicablemente tras su larga historia de vida política, pero se aferran a los últimos suspiros de vida; y esto es así en el Partido Socialista a causa de la indefinición de su secretario general, por la que sus votantes y el resto de los españoles sospechamos que, pasado el 26-J, este señor se arrojará a los brazos del peor enemigo de nuestro país: Podemos. Y es sin retorno este viaje ya que el pérfido proceder de esta casta bolivariana, no nos va a permitir una rectificación cuando, los ciegos que ahora les votarán, descubran el engaño a que han sido sometidos. Esto que hago ahora, escribir con libertad, ya no podrá ser si estos señores gobiernan. Solamente la violencia, el enfrentamiento, y hasta la sangre, podría conseguir lo que nos impedirán estos nuevos regidores. Pocos dudan de que nuestra libertad de información quedará drásticamente restringida. Que la libertad de educación será un hecho histórico. La justicia controlada por su dominio, y adormecida a la hora de actuar. Nuestras creencias religiosas, soterradas en el sótano más profundo que tengamos. Nuestras propiedades afanadas. Las mentes de nuestros niños, manipuladas en la peor de las ideas. El interés económico y laboral del pueblo, pisoteado y despreciado en aras de su populismo. Resaltarán la peor de las manifestaciones que llaman “culturales”, en vez de llamarles “depravantes”. Yo creo que no nos merecemos esto y el señor Sánchez debería pronunciarse a favor de los españoles, afirmando que nunca apoyarán semejante atrocidad. Con ello harían un gran favor a todos y conseguiría muchos más votos de los que ahora parece que va a recibir.