El verano en la capital

Sábado por la tarde. Centro de Jaén. Ir subiendo por el Paseo de la Estación e ir imaginando el panorama desolador que espera arriba. Calles desiertas, comercios cerrados. Parece que la vida ha abandonado la capital. Los más afortunados aprovechan sus vacaciones para trasladarse a sus apartamentos en la playa. Otros acuden a sus chalets o a los de sus familiares y amigos, cuando el trabajo les da un respiro. Y otros se quedan en sus casas, un verano más, esperando planes que no llegan. Salir a pasear por el centro es una opción, pero el regusto que deja ver la ciudad así de vacía hace que, más temprano que tarde, acabe uno arrepintiéndose de haber salido. Las grandes superficies comerciales son el lugar estrella al que todos acuden para sobrellevar las tardes aburridas de verano, ya sea para hacer compras, ir al cine, tomar algo o, simplemente, para huir del calor de la calle y del hastío que producen las cuatro paredes de un hogar que ya tienen muy visto. ¿Estará esto acabando con la vida del centro de la capital? Quién sabe. Lo que sí sabemos es que el centro por la tarde entra en coma y revive levemente a la noche, cuando la “resistencia” sale, en un desesperado intento de librarse de la apatía clásica de todos los veranos.