Minería submarina
Como el capitalismo considera que el dinero lo justifica todo, a pesar de que 193 países aprobaron un texto de mínimos para proteger parte de las aguas internacionales, se avecina otra devastadora agresión para extraer minerales que esquilmará sus insondables profundidades. Un apoyo que no ha servido para
nada, como casi todo lo que aprueban así por que sí,
y es absoluto el desprecio por la naturaleza. Tanta avidez autodestructiva me aturde. Océanos y mares cubren más del 70% de la superficie terrestre y en
su sopa primigenia se originó la vida, por lo que
tenemos que cuidarlos. Sus corrientes regulan la temperatura global. Su ecosistema mengua por la acción del hombre y, según el oceanógrafo Carlos Duarte, hemos aniquilado al 90 por ciento de los grandes animales marinos. Ahora, cobalto, hierro, zinc, níquel, cobre, litio, plomo... son el nuevo objetivo de la codicia. La minería en aguas profundas pone en grave
peligro el fondo marino y exterminará la vida que
allí habita. Los sedimentos levantados y el CO2
liberado, que ya había absorbido dichos fondos, nos abocarán a un carrusel de recalentamiento global y contaminación.