Zambomba y mascarilla

    06 ene 2021 / 16:00 H.
    Ver comentarios

    Sería impensable y metafísicamente incongruente ver a María, José y Jesús con la mascarilla puesta en sus bocas. Por el dichoso y mortífero virus, y encima coronado, esta Navidad no ha sido ni su sombra de lo que fue otros años cantando alegres villancicos al calor de una copita de anís de Jaén. Malos tiempos están corriendo, pero es que los que vienen, si no lo remedia Dios, la cosa pintará en bastos. Ojalá que el dicho se cumpla que dice que Dios aprieta, pero no ahoga. Más de seis no pueden estar juntos, que si quieres arroz Catalina. ¿Y con el resto de la familia, sea o no numerosa, ¿qué hacemos?, pues eso, a jodernos como manda la ley y los apóstoles de las injustas restricciones. Vaya lío del montepío. Por ahora, y espero que nunca más lo veamos, en el horizonte del horror solo se ven cuervos y grajos negros, porque las palomas blancas se ausentaron ante nuestra vista. Ea, que cojo mi mascarilla, me la pongo con una mano, y con la otra le echo mano a una copa de anís del bueno, esto es, que sea de Jaén, y que sea lo que Dios quiera. No somos nadie, porque estamos expuestos al bicho joputa, que se ha empeñado en aguarnos las fiestas.

    Articulistas