Yugos naranjas

    04 ene 2021 / 16:34 H.
    Ver comentarios

    Como becerros con sus campanas al cuello, enfurecidos, han salido a tocar el claxon por las calles de Jaén. Con sus yugos naranjas, disimulando con ira sus miedos. Se amparan en el derecho de las familias a escoger una enseñanza religiosa o a elegir un centro educativo, cuando incluso el Tribunal Constitucional en la sentencia 86/1985, asegura que dichas afirmaciones no son una emanación estricta de la libertad de enseñanza reconocidas en el artículo 27 de la Constitución. Esos desvariados becerros del yugo naranja siguen simplemente una estrategia discursiva que pretende identificar la educación pública con adoctrinamiento y sembrar una oscura sospecha sobre cualquier argumento que ponga en cuestión el falaz argumento de la libertad de centro, atribuyéndolo a un supuesto ataque a la libertad religiosa o a sus derechos fundamentales, cuando no se trata más que de preferencias individuales de carácter clasista. Sólo en la escuela pública se garantiza la independencia del profesorado y así prevenir el adoctrinamiento. No se puede decir lo mismo de los modelos de contratación de la educación privada/concertada, que deja la puerta abierta a presiones a la labor docente, ya que el puesto de trabajo está en juego, bajo el yugo.

    Articulistas