Yo me salgo

Yo que me estoy quedando pasmado cuando constato que eso del “pensamiento único” o “corrección política” o “lenguaje inclusivo” se está llevando con tal entusiasmo por parte de quienes lo practican o predican que se va convirtiendo en una realidad molesta. Molesta no por sus fundamentos o ideología, que cada cual es libre (o debiera serlo) para tener, manifestar y practicar sus convicciones, sino porque en aras de su supuesta “superioridad moral” la tendencia manifiesta en ir a la imposición y a la censura. Censura de todo lo que difiera públicamente de lo prescrito y consecuente imposición de facto de la línea a seguir, sin desviaciones posibles. ¿Te gusta el fútbol o los futbolistas?, pregunta, creo que ingenua, a un conocido gay (y que presume de ello) y considerada por la ortodoxia dominante como totalmente impropia con gran desgarro de sus vestiduras puritanas; pues que si ese es el camino que se prescribe, ese calcular mucho lo que se dice o escribe, yo me salgo. La libertad no es hacer siempre lo que uno quiere, pero tampoco siempre lo que quieren otros.