Ya lo decía Calamandrei

    08 feb 2024 / 10:15 H.
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    La relectura de un libro clásico de Derecho, “Elogio de los jueces escrito por un abogado”, del jurista italiano Piero Calamandrei (1889-1956), me recuerda y hace reflexionar sobre la supuesta politización de la justicia. Escribe el autor sobre la relación de los jueces de aquel país con la dictadura fascista y cuenta que en 1944 un juez de la Toscana recibió del prefecto (responsable político) la orden de detener a los padres de los jóvenes que no se alistaran u obedecieran sus bandos y terminaba “mis órdenes no se discuten”. La respuesta del juez fue terminante: “Lamento no poder dar a usted la conformidad que de mí solicita. Utilizar las cárceles judiciales para detener a inocentes es un acto contrario a la ley y a las costumbres italianas y yo, desde que sirvo al Estado en la administración de Justicia no he hecho jamás nada contrario a mi conciencia. Dios es testigo de que no hay jactancia en mis palabras”. Piero sabía que la independencia del buen pretor derivaba de su honestidad, formación profesional y ética sólida y estable, frente al afán desmedido de mandar y la volubilidad del político. Hoy un juez español quizás no daría tal respuesta, pero actuaría del mismo modo.

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