Y el apóstol nos unió

Con el recuerdo aún fresco de esos 112 km hechos a pie desde Sarria hasta Santiago, llega la víspera de la festividad del Apóstol Santiago. He compartido camino, paisajes y calor con miles de peregrinos llegados desde muchos rincones de España y de otros países que vivieron de manera bien distinta no solo los días de peregrinación, sino el momento de pisar la Plaza del Obradoiro. Lo de menos era saber el motivo que llevó a cada uno de los que superamos ese reto a hacer ese trayecto. En realidad, no hay pruebas de que los restos del Apóstol reposen en ese lugar...¿y qué?. Tan respetable es quien realiza el camino por fe, como el ateo que lo realiza por placer. Lo importante es respetar a todos, independientemente de la manera de pensar, de las convicciones religiosas de cada uno y de lo que mueva a cada ser humano a hacer algo, por muy diferentes que seamos. Lo bonito es que durante siglos, el Apóstol Santiago une a miles de personas con sentimientos, vidas y motivaciones muy distintas, en torno a una ciudad con un encanto especial como es Santiago de Compostela.