¿Y ahora qué?

Cada día lo tenemos más difícil. No tengo ninguna duda de que la discrepancia es importante y que las diferencias de criterio, expuestas sosegadamente y sin acritud, lo que aportan es enriquecimiento al debate y la consecución de un resultado mejor para todos. En este caso me quiero referir al comienzo del curso académico. Estamos siendo testigos de muy diferentes opiniones en relación con el inicio de las clases en colegios y universidades, y alucino con algunas de las posturas y teorías. Pero aún no he escuchado a nadie que hable del problema que se les viene encima a los docentes, a los profesores y profesoras, porque a los universitarios de una forma u otra se les podrá organizar, clases telemáticas, aunque depende que especialidad, ¿ qué pasará con las prácticas?, diferente será con los adolescentes con los que igual también se puede conseguir un orden y concierto, no sin grandes dificultades, porque serán muchas horas con una difícil disciplina y cuanto más baje la edad será más complicado. ¿Imaginan como se le pueden limpiar los mocos a un alumno de 3 años a distancia de seguridad? O como impedir que cojan el lápiz amarillo o rojo al compañero. Difícil tarea tenéis por delante profesores. Mi comprensión y mejores deseos. ¿Quién os protege a vosotros del contagio?