¿Y ahora qué?

27 dic 2015 / 10:38 H.

Después de una campaña electoral que en momentos, ha resultado bochornosa en el empleo reiterativo del “tú más”, en la ironía y ridiculización del oponente, buscando el punto débil donde atacar, de debates en los que no se debate nada, ahora, parece que los resultados no agradan a ninguno y tienen que dialogar y ponerse de acuerdo para poder gobernar este país. Ahora volverán sonrientes a darse la mano efusivamente, a desplegar toda clase de buenas palabras y valorar unas elecciones que las han ganado y perdido todos por igual. ¿No podrían ser las campañas electorales mucho más tranquilas donde cada candidato exponga el eje vertebrador de su programa y todos en paz? O ¿tenemos que soportar que todo forma parte de un ritual donde primero hay que atacar y después negociar olvidando que en el fragor del calentón mitinero, donde digo: digo, digo: diego? ¡Cuánto nos queda que aprender de la cultura y educación democrática! La palabra discípulo viene de disciplina, en definitiva, son esos hábitos que ayudan al ser humano en la ardua y necesaria tarea de aprender a respetar a los demás, piensen lo que piensen, digo yo.

Atrás quedaron quince días de reproches, promesas, discursos, saludos, aplausos, propuestas, insultos, viajes, entrevistas y hasta algún que otro guantazo. Ahora llega lo verdaderamente complicado, que no es otra cosa que poner de acuerdo a muchos de los que, hasta hace unos pocos días, parecían irreconciliables. El lío está servido. Hay que gobernar para que todos estén satisfechos, pactando de manera que los votantes no se sientan traicionados, y todo ello sin olvidar que los beneficiarios de este gobierno que ha de constituirse, sean millones de españoles con sus necesidades, sus pensamientos, sus ideales y sus objetivos en la vida. Contado así parece una tarea imposible de llevar acabo, pero si pensamos en prioridades como la creación de trabajo, el reparto más justo de los fondos, la educación y la sanidad como prestaciones innegociables, el derecho a una vivienda y unas cuantas obviedades más, no debería ser tan complicado poner de acuerdo a esta gente que hasta hace unos días se desgañitaban criticando al otro y ofreciendo poco.