Volver a empezar

    02 ene 2021 / 19:44 H.
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    A la hora que el sol se va cada día cruzaba la tarde de anteayer con el semáforo en verde, hacia la acera de los pares de la avenida donde resido. Bajo un cielo gris que auguraba tormenta, despertaba diciembre su última siesta pagana. Poco tráfico de coches y menos gente que de costumbre pasaban bien abrigados por la calle decorada con luces navideñas y con los escaparates de sus comercios modestamente alumbrados, cuando no vacíos y en oferta de venta o alquiler. Asomado a la ventana, viendo a la tarde morir, dos atletas en paralelo corrían sin más velocidad que la prisa de un paseo acompañado de frío. Aún quedaba la noche por terminar, la más vieja del año, con su mesa vestida de platos y cubiertos sobre el mantel rojo recién planchado, con sus viandas, bebidas dulces y uvas esperando al fin ser las protagonistas. Doce meses atrás no hubiera firmado un pulso tan urgente para despedirme de otro año que se va, no tan ligero, esta vez, de equipaje. Pasadas las uvas, brindamos por los que perdimos en el camino y también porque el año que empieza no puede ser peor que el que se fue. Me asomé a la ventana y vi correr a un solo atleta.

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