Vivir para la dieta

Terminado el verano volvemos a la normalidad con algo más de peso, y ya pensando en dietas. Antes del verano la del “bikini” para estar mejor, pasa éste y volvemos a ella para mejorarnos en otoño... y llega nuestra feria y vuelta a una nueva dieta para perder los días de excesos y casetas porque hay que estar perfecto para las Navidades y después... vuelta a empezar. Estamos sometidos a una impuesta creencia de que nuestro cuerpo “no entra en la norma estética” si tenemos algo de peso, estamos bajo un canon de belleza imposible que solo puede tener repercusiones psicológicas y vivir así es absurdo. La salud está por encima de todo por supuesto, pero tenemos también que sentirnos bien con uno mismo sin someternos a lo que estéticamente sería lo correcto y vivir sometidos al sufrimiento constante de una dieta. Tenemos uno de los países más sanos en su manera de comer, con nuestra “dieta mediterránea”, y no olvidemos que estamos en la capital de la tapa y que de vez en cuando nadie puede privarse de ese lujo gastronómico. En mi opinión, vaya la salud por delante, no nos obsesionemos con el peso, que solo se vive una vez y hay que pasar por la vida disfrutando. Y yo gordita o no, me quedo en mi barrio donde por encima de todo se me respeta igual.