Vivir para contarlo

Mucho se ha escrito ya sobre la situación actual. Muchos son los cambios que estamos experimentando día a día. Cambios que personas de mi edad nunca hubiéramos imaginado. En esta nueva realidad no hay lugar para pensar si estamos mejor o peor. Es lo que nos ha tocado vivir y es esencial aceptarlo. En mi caso, y en el de los mayores que vivimos en residencias, lo más crítico es aceptar la distancia con las personas a las que quiero. Es la incapacidad para verlas, abrazarlas y besarlas lo que, a día de hoy, nos resulta más difícil de llevar. Sabemos que toda protección en los centros de mayores es poca. Particularmente estoy muy concienciado y asumo con paciencia las temporadas que pasamos aislados en la habitación, refugiado en la radio, con las noticias y las historias que siempre me ha apasionado escuchar. Lo mejor es ver a mis hijas los miércoles por la mañana en una pantalla que llaman Ipad, se trata de el gran acontecimiento semanal. Es ahora que nos vemos y hablamos distinto que cada segundo, cada gesto y cada palabra cuenta. Por eso gradezco profundamente a todas las personas comprometidas con nuestros cuidados y protección, cada gesto diario, sois nuestra familia y nuestros héroes, os admiramos. Gracias y adelante.