Vivir en el mundo rural

    25 nov 2020 / 16:17 H.
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    Observamos con tristeza la pérdida de población de nuestros pueblos. La vida del mundo rural necesita del apoyo de las administraciones y de la sociedad. Es la hora de actuar y propuestas no faltan: deducciones fiscales para los habitantes de estos territorios, acciones que favorezcan el relevo generacional en las explotaciones agropecuarias, ayudas a autónomos y emprendedores, incentivos para la recuperación del pequeño comercio, ayudas para la rehabilitación de viviendas para quienes deseen asentarse en el medio rural, agilización de las gestiones administrativas, potenciación de la industria familiar, incremento del teletrabajo, buenas comunicaciones y telecomunicaciones. Y quizá lo más importante, hay que garantizar una buena educación y facilitar que cuando nuestros jóvenes finalicen sus estudios universitarios puedan regresar a sus territorios. Ahora, con la pandemia del coronavirus, quizá seamos más conscientes de que el mundo rural es fuente de alimentos imprescindibles y cercanos, o que nos aporta el agua que necesitamos y el aire puro que respiramos. Tal vez ahora y tras comprobar cómo los sectores agrícola y ganadero han sido estratégicos en nuestro abastecimiento, la sociedad considere que es responsabilidad de todos conservar el medio rural para así poder transmitirlo a las generaciones futuras. Además, en el mundo rural podemos disfrutar de la gastronomía tradicional, la elaborada, de generación en generación, con productos de cercanía y temporada, con ricos platos cocinados en nuestros bares y restaurantes con hortalizas frescas, con carne de choto y cordero criados en la sierra y con embutidos, quesos, vinos, conservas, dulces, Aove... En mi pueblo, Valdepeñas de Jaén, aún disfrutamos de antiguas tradiciones gastronómicas como la matanza del cerdo, que tenían una doble función, la de llenar la despensa y la de reunir en un ambiente festivo a familiares y amigos. Curiosamente, y tras diecisiete años organizando la “Fiesta de la Matanza”, la Cofradía Gastronómica “El Dornillo” ha tenido que tomar una inédita decisión, celebrar la matanza de forma virtual. ¿Quién lo hubiera podido imaginar hace solo un año?

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