Vivir el hoy

No sé en qué momento centré mi vida en planificar el futuro y analizar las situaciones que me llevaron a mi presente. Es frustrante, la verdad. Pero cuando hablas con quienes están a tu alrededor, te das cuenta de que no soy yo sola, sino de que todos y todas vivimos así. Planeando lo que vamos a hacer o diseñando pasos para lograr algo. Y, por su puesto, cuando algo sale mal, analizando minuciosamente dónde se falló o cuál fue la decisión errónea. Y parece que la vida es así, vivir para el futuro y analizar nuestro pasado para supuestamente no caer en el mismo supuesto, sin tener en cuenta que en el caso de que se volviera a repetir, las circunstancias ya no serían las mismas; de tal modo que lo que dimos por no válido, en la nueva ocasión podría ser lo idóneo. Así, nos hemos olvidado del presente, de disfrutar de lo que hacemos en cada momento. Y así andamos por esta vida, ignorando lo que tenemos ahora, lo que vivimos ahora, lo que realmente es el momento en el que nos encontramos. Una sociedad materialista y competitiva que decidió que el presente es el trabajo del futuro y se olvidó de enseñarnos que lo que vivimos, sentimos, hacemos o pensamos en cada momento es lo único real.