Viva el carnaval

01 mar 2019 / 12:23 H.

El pasado año, recibí un tirón de orejas por parte de mi amigo David Romero a causa de un artículo al que titulé: “Penita de Carnaval”. David que es profesor de contrabajo por el conservatorio superior de Córdoba, que ha colaborado con las mejores orquestas sinfónicas del país, que ha acompañado a celebridades como José Mercé, Dorantes, el Lebrijano, Marina Heredia, Tabanco y un largo etcétera, que forma parte del proyecto del pianista flamenco Chico Pérez con quien acaba de grabar el disco “Gruserías”, pues aún le queda tiempo para salir con su agrupación “La comparsa de Jaén”. No se me puede olvidar que ha acompañado en la presentación de su sinfonía, réquiem y demás obras al genio de la composición Rogelio Rojas, que por cierto, tuvo una época carnavalera que ha quedado en la memoria de los amantes del carnaval Jaenero junto con su “Peña del Cigarrón”. Cuando un tipo con la preparación y la sencillez de este señor, abre la boca, hay que ponerle oído. (Porque a los grandes se les reconoce por su llaneza, ya que a los tontos se les ve venir de lejos con su “yo he hecho o dejado de hacer...”) Bueno a lo que iba, me decía David que si a los que nos gusta esta fiesta y la hemos disfrutado y vivido la damos por abandonada, le estamos dando la razón a los que quieren reventarla. Comentamos que mientras queden algunos locos amantes de esta fiesta, tendrá sus bajadas y subidas, pero pervivirá. Es una fiesta que gusta por igual a mayores y niños, que es sencillísimo integrase, ya que cualquier cosa que te pongas vale para salir a la calle y divertirte, en definitiva, como dice mi amigo Nono “es la fiesta de la alegría, y no se puede perder”. Este año el Carnaval Jaenero lo organiza íntegramente nuestro ayuntamiento, ya que durante el periodo 2012 al 2016, la federación de peñas de carnaval fue la que estuvo tirando en solitario de la organización, con muy poca ayuda por parte municipal. La federación estaba compuesta casi en su totalidad, por las comparsas y chirigotas de nuestra tierra que actuaban en el concurso de agrupaciones, no había otro tipo de colectivos que se involucraran en la fiesta. Al final como era natural, se acabaron quemando, porque bastante tienen con el montaje y puesta en marcha de sus agrupaciones (confección de disfraces, letras, música, atrezo, patrocinadores, etcétera). Una de las principales características de las coplas que se componen para estas fiestas es su carácter efímero. Mientras que en otros grupos, cuando un músico coge una partitura y se la trabaja, sabe que tarde o temprano volverá a interpretar eso que se está estudiando con más o menos esfuerzo, a esta fiesta le pasa igual que a las fallas de Valencia, que están hechas para pegarles fuego en unos días e ir pensando en el siguiente año. Aunque no es el caso de David ni de Rogelio, las agrupaciones carnavalescas son en muchas ocasiones la causa del acercamiento de muchos jóvenes al mundo de la música en sus más diversas disciplinas. En mi caso particular, me comprometí con Roge en cantar en una nueva agrupación de música clásica (Cantoría de Jaén) que se estaba formando, a cambio de que él dirigiera a “la Peña del Cigarrón”. Consecuencia de esto, me interesé por estudiar música de manera reglada, con el fin de no tener que mendigar sapiencia para poder armonizar voces y tratar de redactar mis propias partituras, adentrándome en un fantástico mundo para mí desconocido. Tanto me adentré, que terminé absorto con la música clásica, no teniendo tiempo para otra cosa y abandonando como los cobardes al carnaval, que había sido la causa de mi interés por la formación musical. Como reconocimiento y desagravio a mi buen amigo Rogelio por no haberlo podido acompañar en la presentación de su sinfonía, cierro el artículo con una letra suya que define perfectamente esta fiesta. “Carnaval, carnaval, que retoña en febrero; carnaval, carnaval, como flor del invierno. Una explosión de color nos das, y pronto te marchitas; carnaval, carnaval, todo queda en un sueño”.