Viernes trece

    13 mar 2020 / 16:51 H.
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    Antiguamente, el día que traía “mal bajío” era el martes trece, aunque a partir de 1980, por culpa de una película de terror americana, el “Viernes 13” ha pasado a tener el mismo significado. (Los yanquis nos cambian hasta las fechas a las que hay que temerles, por si fuera poco). Hoy es el día perfecto para reinaugurar nuestro parador y alojarnos en las habitaciones 22 y 23 del torreón. Son muchos los huéspedes que cuentan haber vivido experiencias extrañas en estas habitaciones, por lo que puede ser el lugar ideal para jiñarse de miedo. (Muebles que cambian de posición, cajones que se abren y se cierran solos, sombras deambulando, golpes en puerta y ventanas, llantos de mujer, fallos eléctricos, descensos de temperatura, etcétera).

    Se especula con que el fantasma sea la joven musulmana amante del condestable Miguel Lucas de Iranzo. Dicen que el amor que se procesaban despertaba las envidias y celos de los súbditos, cundiendo el rumor de que la mora hacía que el gobernador desatendiera sus funciones públicas. Una mañana, aprovechando que el condestable se encontraba en su palacio de la calle Maestra atendiendo los asuntos propios del cargo, un grupo incontrolado asaltó el castillo, prendiendo fuego a la agarena que se encontraba embarazada, oyéndose desde ese día sus desconsolados lamentos.

    El parador no es propiamente una fortaleza restaurada, sino que es una obra de nueva planta que se construyó en 1965 sobre los restos de las caballerizas del alcázar árabe o castillo viejo. El arquitecto fue el gaditano José Luís Picardo, muy reconocido por ser quien realizó los proyectos de los paradores más emblemáticos (Sigüenza, Alcañiz, Guadalupe, Carmona, etcétera).

    El cabalístico número 13 para este parador no es símbolo de fatalidades, más bien al contrario, ya que fue la habitación que escogió Charles de Gaulle para su visita a Andalucía; aquel gran estadista que luchó contra los nazis y apostó por la unidad de Europa. Como dijo el presidente de paradores: “Se enamoró de este hotel, al que regresaba todas las noches tras visitar las distintas provincias de Andalucía. Solicitó una cama especial, de 2,10 por 2 metros, lo que obligó a confeccionar sábanas y cubiertas a medida. Además, es la única cama con dosel (lo pidió la mujer del dirigente galo para poder dormir mientras su marido escribía) y está sobre un alto, lo que provocó que De Gaulle se tropezara y se callera al levantarse una medianoche", explicaba el director del Parador.

    A pesar de este percance, De Gaulle dejó clara su valoración de esta experiencia en el Libro de Oro: “Excelente estancia en Santa Catalina”. Tenemos la provincia con más castillos de Europa, y la segunda del mundo. Juan Eslava Galán, ese embajador de lujo que tenemos, y que mediante sus libros ha dado a conocer el nombre de nuestra tierra al mundo entero, lleva catalogados más de cuatrocientos castillos. Tengo que reconocer que siento debilidad por este paisano, especialista en la edad media, que con sus novelas de fantasía y misterio nos traslada a remotos lugares. Este historiador, tiene un libro de relatos; “El mercedes del Obispo y otros relatos edificantes o crueles”.

    El relato del Mercedes del obispo, gira entorno a la inauguración del parador, y narra las circunstancias en las que se desarrolló la bendición del mismo, con Franco esperando que llegase el obispo con el guisopo, presentándose el prelado muy azorado veinte minutos tarde en un taxi destartalado, por culpa de haber tenido que vender “su mercedes” para atender la reparación del muro de un convento de monjas.

    Al parecer, el gobernador del que no era muy amigo, se negó a librar una partida de dinero para tal efecto y le indicó a las monjitas que se lo pidiesen al obispo, y “que si no tenía dinero, que vendiese el coche tan caro que recientemente había comprado”. Por supuesto no hay que decir lo que duró en su cargo el gobernador. En la parte de agradecimientos deja bien claro que “todos los personajes y acontecimientos relatados son imaginarios”. No sé, No sé.

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