Vidas paralelas

A todos nos encantaría tener la posibilidad de vivir, o al menos imaginar, qué sucedería si en aquel instante hubiéramos tomado la otra decisión. Esas realidades alternativas que habrían cambiado el mundo. Qué habría sido del país sin la famosa hemeroteca que ahora castiga (o debería) a los políticos: no pactaré con tal, no haré cual. Lamento la muerte de un reciente asesino de inocentes y busco justicia con antiguos combatientes que se ejecutaban. Qué pasaría si nos hubiera administrado otro gobierno, sometido a una media de 2/3 escándalos diarios por los que, por mucho menos, dimiten en otros países. Me habría encantado ver la gestión opositora que actualmente gobierna descamisada, alentando a los suyos a las más escandalosas movilizaciones (Madrid lo está sufriendo ya con restricciones mucho menos intensas que las sufridas por los españoles). Aunque bueno, escuchando al Presidente “el confinamiento fue parte del estado de alarma. Pero el confinamiento no existió, sino que fueron fases del estado de alarma que salvó a 450.000 personas según algunos estudios independientes”, me planteo si el que vive es él una realidad paralela, o soy yo, que aún no desperté de la pesadilla. Menos mal que hace solo un puñado de días, si me lo dicen 80 años después, me lo creería...