Víctimas de lo que no es amor

25 nov 2016 / 11:47 H.

Piensa que el que su novio controle hasta el más mínimo detalle de lo que hace cuando no está con él es porque la ama. Resta importancia a que le revise los chats y las llamadas de su móvil. Cree que el que su pareja le diga que se cambie porque va muy provocativa se debe a que la tiene en un altar y no quiere que otros ojos se recreen en su belleza juvenil. Sube a casa a limpiarse la cara porque tal vez él lleve razón cuando le dice que va “pintada como una puta”. Se graba en la piel aquello de que “el que no cela no ama” para justificar los comportamientos controladores de su chico cuando ella habla con amigos de toda la vida o simples compañeros de clase. Intenta convencerse de que sus amigas pretenden ponerla en contra de él solo porque son unas envidiosas y unas amargadas. Siempre debe estar dispuesta a mantener relaciones sexuales, aunque no le apetezca, porque teme que la deje por decir no. Perdona que él le grite y la zarandee porque tiene mucho carácter. La bofetada fue sin querer...

No es literatura; forma parte de nuestra realidad. Alarma que la violencia machista anide entre nuestros adolescentes y jóvenes. Algo debemos estar haciendo mal. Muy mal.