Verano

    27 jun 2024 / 09:09 H.
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    Ya se marchó la dulce primavera, de aromas de azahares y de rosas, se fue la tibia brisa que traía noches de suave céfiro calmado. Se fueron esos días de rosados momentos, se alejaron el frescor de la aurora, las madrugadas suaves y serenas, horas de perfumado incienso, las notas de la música que cantaba en las calles, los caminos de cera, en el campo las tiernas amapolas, los morados nazarenos silvestres, los lirios que adornaban las veredas...

    Sus huellas se durmieron en el jardín alado donde baten sus alas alegres mariposas. Se transformó la aurora cuando junio se aleja y despierta el verano.

    Hoy vuelves a brillar y a latir, has abierto la puerta donde el calor conquista con su poder las horas, con tu fuego y tu luz pintando de dorado las casas, las plazas, las calles, los muros y rincones... has abierto la puerta a otras sensaciones, a percibir momentos donde la vida se calma, donde las horas del reloj se cubren de amarillo. Las mañanas alegres despiertan con los trinos, esa luz de la aurora más brillante, donde se duermen un poco tus latidos, esa sensación de calma... después de la noche donde has dejado tu voz cantar en las ventanas, has encendido el fuego en los balcones. Aun así, eres mi favorito, porque tus días de risueños compases acompañan mis pasos. Me invitas a soñar entre las blancas olas y la espuma en el verde del mar, o en el amanecer de tus azules cielos, antes que se despierten los caminos.

    Me llevas de la mano a contemplar ese cielo de estrellas, cuando la noche se viste de argentados luceros, y dejas sonreír al céfiro que vuela entre los sonidos que apagan la voz donde el silencio grita. Me gustan tus días de larga cabellera y tus noches de cortas almohadas, imaginar un sueño en los colores que exornan alegres los jardines, dejarme envolver de los versos que entonan las esquinas donde los nidos cantan, sentir el fresco aroma de las flores que trepan en los muros y mezclan sus colores exornando la noche bellamente.

    Sí, eres mi favorito, porque me regalas tu calor, donde el frío ha sucumbido a tus encantos, porque me ofreces la alegre melodía que traes a mi entorno, el dulce suspirar de tu voz cuando cantas para mí en el azul del agua.

    Me gusta cuando llegas, y tú sabes que sueño contigo todo el año.

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