Valores reaccionarios
Es cierto que dentro de la población trabajadora siempre ha existido un segmento significativo con valores profundamente reaccionarios, donde el racismo, el machismo, la servidumbre y otros prejuicios han tenido mucho peso. A esto se le añade el conformismo con la desigualdad económica. Sin embargo, tantos años de tolerancia y legitimación de esta creciente desigualdad, han propiciado un nacionalismo racista, excluyente y reaccionario, promovido por las nuevas derechas, como la francesa, con el ascenso de la ultraderecha, y como la norteamericana, con el supremacismo blanco ultraconservador y trumpista. Este avance, que divide a la ciudadanía en vez de ofrecer un enfoque integrador basado en el pueblo y en un desarrollo económico que trabaje por la prosperidad colectiva, potencia el crecimiento de posiciones retrógradas. Mientras los “de arriba” son glorificados como una casta superior, cuya riqueza despierta más admiración que escándalo, para amplios sectores de las clases medias y bajas, la principal línea divisoria de la sociedad, dicen los economistas, no es entre el capital y el trabajo sino entre asalariados y autónomos frente a inmigrantes percibidos como “privilegiados” por las ayudas públicas. ¿Hacia qué año retrocedemos?