Vacas flacas, vacas gordas

Ser autónomo no es fácil y durante una pandemia, menos todavía, pues mantener un negocio vivo requiere de mucho esfuerzo y dedicación. Dicen que para ser empresario individual tienes que ser innovador y asumir riesgos, gestionando de manera inteligente y responsable los ingresos y los gastos, entre los que se incluyen las cotizaciones a la Seguridad Social. Muchos autónomos depositan sus ahorros en planes de pensiones, con la filosofía de mantener el poder adquisitivo y un rendimiento financiero en el momento de la jubilación. Esto podría explicar que el 85% de los trabajadores autónomos en España cotice a la Seguridad Social por la base mínima, como si cobraran el salario mínimo interprofesional. Al igual que los trabajadores por cuenta ajena, los autónomos deben conocer que su pensión de jubilación es el producto de los años trabajados y las bases en las que se cotiza. En este sentido, el Gobierno piensa implantar un nuevo sistema de cotización del régimen de autónomos en el que, al igual que en otros países como Gran Bretaña o Dinamarca, se abone una cuota en función de los ingresos reales anuales. En definitiva, aportar al sistema dependiendo de si las vacas son flacas o gordas.