Vacaciones

    18 ago 2021 / 18:16 H.
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    Ahora, que el proceso de vacunación ha permitido que más del 60% de la población española ya tenga la pauta completa, hemos relajado las cautelas y programado las vacaciones con la convicción de que lo malo ya ha pasado. Pues no. Parece que el que no salga de vacaciones es un bicho raro entre el espécimen hispano. En efecto, no poder estar montado en un coche o avión en estos días no es noticia. Y esa realidad es la que, estoy convencido, debería machaconamente ser transmitida. La desigualdad en España aumentó significativamente con la crisis financiera de 2008. La distancia entre el 10% de la población más rica y la más pobre ha pasado de un valor de 9,65 en 2007 a 14,48 en 2014. Y no ha parado de crecer. El 9,2% de la población española estaba en situación de pobreza alta y casi el 3%, en riesgo extremo. La pandemia ha espoleado profundamente esa tendencia. Según datos de Funcas de finales de 2020, la pandemia ha afectado por desigual a la población española, cebándose inmisericordemente en las rentas más bajas, acelerando aún más la desigualdad y generando nuevas situaciones de pobreza aguda. Pobreza energética, exclusión financiera, comedores sociales. Son términos que hace apenas 10 años los utilizaban los más pesimistas y agoreros como parte del escenario futuro. Y el futuro ya se ha hecho presente. A la isla griega de Lesbos no hacen escala los cruceros preñados de turistas, sino aquellos que viajan huyendo de zonas devastadas por las guerras, también llamados refugiados. Más de 13.000 personas de todas las edades se hacinan en una tierra europea diseñada para albergar a 3.000, en condiciones indignas e inhumanas de acceso a servicios básicos como agua, luz o aseos, haciendo colas durante horas para conseguir comida, y con el covid contagiando al ser imposible mantener las distancias o las medidas de higiene mínimas. Y mientras, nosotros saltando en las plazas de los pueblos y ciudades, sin mascarillas ni distancias, de una manera tan deshonestamente inhumana e insolidaria. Pero a nosotros que nos toquen nuestras vacaciones.

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