Uno más, uno menos

    26 jun 2022 / 16:00 H.
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    Pasadas ya todas las graduaciones del mundo, que por cierto, quién hoy en día no se gradúa de algo, es porque no quiere, nos llega el momento del descanso, tanto del docente como del alumnado. Malos han sido los últimos días que han evidenciado una vez más que nuestros colegios no están acondicionados para climas extremos. No entiendo cómo, tratándose de una educación obligatoria, las condiciones de trabajo son infinitamente peores para profesorado y alumnado que en educación no obligatoria, como es la Universidad, donde disfrutan de una eficaz calefacción y aire acondicionado que hacen más llevaderos los días de mucho frío o mucho calor. Los colegios públicos, con las excepciones de los nuevos, se encuentran en mal estado, con servicios, patios y aulas que requieren reparaciones constantes. Junio se va con la misma rapidez que llegará septiembre, y los hoy cansados docentes, hartos de tanto papeleo que a nada conduce y resignados a la falta de respeto y consideración que reciben por parte de muchos padres de alumnos, volverán en dos meses reseteados sin recordar que los años no pesan, pero sí los cursos escolares que en poco se parecen a los de hace unos cuantos años.

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