Una nueva primavera

Pasado un año de aquella primavera que pasamos confinados en casa, encerrados inventando circuitos de mantenimiento diario, unos con mejor suerte que otros y lejos de poder ver como abren los primeros capullos y se convierten en rosas, que igual veíamos a lo lejos pero difícilmente podíamos oler su perfume, ha llegado una primavera nueva, y diferente también a las que vivíamos antes de la pandemia, porque hoy tenemos la vista, el olfato, el oído, el tacto y el gusto, los cinco sentidos más abiertos que nunca a experimentar sensaciones que teníamos olvidadas. Hemos vuelto con más afán que nunca a disfrutar con el almendro en flor, con el blanco del cerezo o el amarillo de la retama, hemos descubierto la flor del tomillo y la del acanto y hemos descubierto nuevos sonidos en el canto de los pájaros que anuncian la primavera y que antes no sabíamos que existían. El color del cielo de Jaén de nuestra ciudad y de nuestra provincia, después de una lluvia purificadora es diferente y único. Y nuestros vecinos lo saben y han llenado de vida nuestros parques y jardines y están experimentando nuevas actividades, conociendo un entorno natural que es nuestro mejor patrimonio y eso sí con respeto y admiración, porque antes no conocíamos su belleza real. Algo bueno hemos aprendido.