Una noche borrosa

A la mañana siguiente se levantó soñolienta, mareada, con dolor de cabeza y náuseas. No podía recordar casi nada de lo que había sucedido la noche anterior, tenía la sensación de que había sido agredida sexualmente sin su consentimiento. El miedo y la vergüenza la invadían ante los recuerdos borrosos de aquella noche. No lo podía creer, su acompañante de cena, su amigo, le había suministrado una droga sin que se diera cuenta para manipular su voluntad y agredirla sexualmente. Ella es una de las muchas mujeres que sufren violación por sumisión química, uno de los métodos más frecuentes para controlar y someter a la presa. ¿Qué haces si tienes sospechas de que eres una víctima más? Los expertos aconsejan actuar con rapidez y acudir a los servicios de urgencias de un centro hospitalario, con el fin de ser atendida por profesionales sanitarios que realizarán exploraciones y pruebas toxicológicas, además de acciones de trabajo social, dirigidas a la atención personalizada de la afectada y la emisión, si procede, del parte de lesiones mediante el cual se da aviso a la autoridad judicial de las alteraciones físicas o psíquicas constitutivas de delito y penadas con hasta 10 años de prisión.