Una mala
copia

    23 jun 2020 / 17:43 H.
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    Original es aquello único, singular, primario, que sirve de modelo; cualidad muy apreciada por su exigüidad, ya que, a diestro y siniestro, encontramos películas que no son sino copias, con variaciones apenas sensibles, de otras exitosas; marcas, cuyos logotipos apenas difieren una letra de las más famosas. Plagios tan patéticos que hasta resultan meritorios por el descaro de sus autores. Falta de originalidad encontramos incluso entre los asesinos en serie, los famosos “copycat”, que imitan a otros en el “modus operandi”, pretendiendo superarlos en inteligencia. Copias, copias y copias... El mundo está lleno de copiones, algunos inofensivos y otros menos. De ambos tipos hallamos casos del peor espécimen: el copión del “amo ruin”, generalmente psicótico este último, al que imita con la cobarde intención de salvar su culo; lo que pudiera tener defensa, pero jamás disculpa. Es vomitivo y curioso a un tiempo comprobar cómo repite sus palabras, pareciera tener las mismas ideas e igual comportamiento déspota, embustero y tirano y, por supuesto, la misma poca altura de miras... Y ahí va, como si fuera un lince, cuando todo el mundo sabe, incluido él, que no es más que una mala copia del vil original.

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