Una ley polémica

Las leyes son interpretadas y aplicadas por los jueces. Y estos tienen tendencias y preferencias políticas. Trump dejó atada y bien atada la Corte Suprema al nombrar a Amy Coney Barret como jueza de la misma, de carácter conservador y religioso; de ahí la eliminación del aborto del derecho constitucional; también se prevé que aquel alto tribunal revise otros derechos como el matrimonio del mismo sexo o la anticoncepción. En España, el PP no quiere renovar el Poder Judicial, ahora con mayoría conservadora, porque ve cerca las próximas elecciones y que podría ganarlas; entonces lo renovará; de lo contrario podrían ir a la cárcel muchos componentes de la cúpula conservadora. La nueva ley del “sí es sí” está generando mucha polémica política. Se busca más el rédito político que la protección de las víctimas, aumentando la sospecha sobre la imparcialidad de los jueces. Armar jaleo sale siempre rentable para el que lo arma. Los demás nos dejamos llevar por la marea de tanto jaleo mediático sin tiempo para reflexionar y esperar el juicio ponderado de los penalistas. Y no somos expertos para emitir un juicio adecuado. La munición partidista mal empleada tiene muchos daños colaterales; pero da igual. El poder no se toma sin lucha y este es lo importante.