Una estrella en el oriente

    07 ene 2021 / 16:00 H.
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    Hace mucho tiempo una noche mágica sentí algo muy especial, el rey Baltasar dejaba sobre mi frente con dulzura un beso. Yo tenía el convencimiento que era él y no ninguno de los otros Reyes, pues no había notado la caricia de sus barbas, desde ese día Baltasar pasó a ser mi rey mago favorito. Todos los cinco de enero en la antigua cabalgata lo buscaba y lo llamaba esperando aquella noche sus regalos, que casi siempre eran los que había pedido en aquella carta que escribía por primera vez, con letras grandes que bailaban sobre el papel intentando seguir la línea sin salirme. Era maravillosas las sensaciones que experimenté, los sueños, la ilusión que sentía cuando mis padres me hablaban de la noche de Reyes. Aunque me dormía muy pronto, la emoción me despertaba muy temprano buscando los regalos y siempre me sorprendía al ver que estaban allí, cerca de mi cama. Un año más los Reyes Magos habían venido a mi casa y me habían traído muchas cosas. Hoy pienso en la ilusión de tantos niños, que, aunque este año es diferente, también encontrarán regalos de los Reyes Magos. En Torredonjimeno, este cinco de enero, echaremos de menos las palabras de nuestro paisano Manuel Contreras Pamos, desde el balcón del Ayuntamiento. Esa voz querida que durante años nos ha llevado al encuentro de los Reyes Magos, presentándolos al pueblo. La estrella del oriente iluminando el cielo fue guiando a los magos hasta el lugar donde estaba el Niño, después de adorarlo le ofrecieron regalos. La estrella susurraba estrofas al titilar sobre el oscuro terciopelo de un cielo limpio de nubes. Debió ser la más grande y sus resplandores iluminar la noche de forma sorprendente. Aquellos viajeros maravillados de su luz se pusieron en camino, iban siguiendo a la estrella que cantaba en sus destellos bellas melodías con la armónica noche expectante y serena. Noche mágica de Reyes, noche donde los sueños parecen hacerse realidad, noche de esperanzas, de sensaciones bellas, de compases dulces... donde un niño sentirá la ternura en su frente y creerá que uno de los reyes lo ha besado antes de dejar su regalo al lado de su cama. Esperará impaciente que se despierte el día para encontrarse con aquellos juguetes, libros, disfraces... o lo que este año haya pedido, y sentir la ilusión de que los Reyes Magos siguen estando ahí un año más, aunque la vida esté siendo diferente.

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