Una chapuza ideológica

    15 feb 2023 / 17:16 H.
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    El Gobierno terminó el año pagando las deudas contraídas con sus socios precipitadamente para entrar con los deberes hechos en el electoral 2023. Modificar el sistema punitivo es jugar con fuego; hacerlo a demanda y confiar la tarea prelegislativa a aficionados teñidos de ideología, puede ser explosivo; cambiar normas —fusionar tipos delictivos— y alterar el sistema de penas y sus tramos requiere de estricta aplicación de la técnica jurídica y legislativa, que no puede hacerse a la ligera, sin estudios previos para insertar el proyecto en el ordenamiento jurídico y sin oír a los operadores jurídicos —al menos a jueces, abogados y fiscales— que deban aplicarlas. La lacra de la violencia en el ámbito familiar o de género es de todo punto execrable; cualquier medida para evitarla es necesaria, lo que no exime del deber de hacerlo bien. Legislar no es fácil y requiere sosiego en la propuesta y en la discusión parlamentaria; no caben experimentos feministas improvisados ni trochas; los errores son previsibles e irreversibles —reducciones de penas y excarcelaciones— perjudican a las víctimas y protegen a los victimarios, como ha ocurrido. La chapuza tiene que enmendarse por los que saben.

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