Una cerveza medicinal

    07 may 2024 / 10:16 H.
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    Acabo de llegar de la capital del Santo Reino. Coinciden con mi visita las procesiones de las Cruces de Mayo de los niños. Vaya por delante que admiro el trabajo y el empeño que se habrán puesto para que todo salga perfecto, pero el centro de una ciudad no puede estar prácticamente colapsado sin que aparezca un mínimo aviso por ninguna parte. Según la policía era peor que en la Semana Santa. Había que decirlo y se dijo, por si es evitable para una próxima ocasión. Y una vez dicho y estando en tiempos romeros, lo mejor es buscar la mejor forma de aportar serotonina a nuestro cerebro. Por si alguien no lo sabe, la serotonina es la hormona de la felicidad. ¿Dónde está? En las cosas más sencillas y asequibles: en una cerveza bien fría compartida con los amigos, en que un sencillo vaso de caracoles nos parezca un verdadero manjar, en una conversación donde no se hable de nada que incomode y en que optemos por hablar de temas que aporten el máximo de positividad. Se trata de buscar el equilibrio personal para superar de alguna manera el desequilibrio que podamos encontrar en la sociedad. Lo dicho, no hay mejor medicina que tener la botella del optimismo llena, como mínimo, hasta la mitad.

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