Un verdadero placer
Ya viene el cortejo! ¡Ya viene el cortejo! Ya se oyen los claros clarines... Con estos versos del poeta nicaragüense Rubén Darío empecé mi primer artículo para este diario. Podían haber sido otros, nuestra maravillosa lengua tiene infinidad de ejemplos para elegir, pero estos son versos grandes, musicales, que transmiten alegría. De la misma manera que se puede buscar el sosiego leyendo de quien se dijo que era “en el buen sentido de la palabra, bueno”, el inigualable Antonio Machado. ¿Quién no recuerda cómo empieza la definición que hace Juan Ramón Jiménez de Platero? No habrá en ninguna otra mayor delicadeza en el trato de las palabras. Todo esto para recordar que tenemos el orgullo y la suerte de ser los poseedores de una lengua de una riqueza incomparable. Difícil para usarla correctamente, pero precisamente por eso tenemos la obligación de que el primer juguete de nuestros niños sea un libro. No sabrá leerlo, pero lo verá y disfrutará tocándolo. A partir de ahí podemos inventar infinidad de historias. Los niños no tienen idea de los beneficios que tiene la lectura para su futuro. Ya lo sabrán. Para eso lo importante es que no dejen de leer y que sea para ellos un verdadero placer.