Un traje muy grande

Acaba de fallecer Julio Anguita, por lo tanto es de justicia, sea cual sea nuestro pensamiento político, reconocer su honradez, sencillez y coherencia. Cumplió con lo que cada persona dedicada a la política debe hacer: predicar con el ejemplo. Dicho esto, mi opinión la voy a dedicar a la reedición de los pactos de la Moncloa. Verdaderamente me da mucha pena. Por otra parte, lo veo ridículo. Es la misma impresión que nos daría una persona delgada con un traje enorme. Esto ocurre cuando se conocen los primeros pactos de la Moncloa y se puede comparar. En lo único que coinciden es en el pésimo momento político que vive nuestra economía. Por lo demás y fundamentalmente, falta el objetivo de la transición: España. El presidente Suárez hizo esfuerzos ímprobos para conseguir acuerdos. Las ideologías había que aparcarlas en pro de metas superiores. Pilotando el difícil momento el eminente catedrático Enrique Fuentes Quintana. Aquí y ahora no hay ni una cosa ni la otra. Sus eminencias brillan por su ausencia y a la oposición se la ningunea porque todo entra en el lote de sus estrategias y ansias de poder. Dedíquense a otra cosa. Mírense al espejo y dejen de pensar en el sueldo. Estudien.