Un tiempo precioso

T engo la angustiosa sensación de que estamos perdiendo un tiempo precioso. La tasa de paro está más baja, la economía sigue creciendo, pero los políticos españoles no aprovechan esta situación para construir un escenario que nos permitan afrontar en buenas condiciones la próxima crisis. Porque esta vendrá, nuestra economía es cíclica y, antes o después, la actividad volverá a caer y los problemas sociales resurgirán con fuerza. En vez de estar construyendo una red sólida que amortigüe esta caída, pierden el tiempo en determinar quién es más español que el otro, como si el problema de Cataluña fuera el único que tiene nuestro país. No consiguen llegar a un pacto para las pensiones ni para la sanidad ni para la educación. Se olvidan de que los jóvenes más formados tienen que emigrar para cobrar un salariodigno, porque en nuestro país los sueldos son de risa, si es que encuentran un empleo. Se cometen los mismos errores una y otra vez, los intereses de partido se anteponen a los de las personas. Las diferencias se solucionan con nuevas elecciones, en vez de con acuerdos que beneficien a la mayoría de los españoles. Mientras tanto, hay personas que todavía sufren los estragos de la anterior crisis.