Un pueblo sin pan

04 ago 2024 / 08:40 H.
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Un pueblo sin pan no es un pueblo. El cierre de la única panadería de Torres de Albanchez, me ha dado qué pensar, el pan ha sido símbolo de vida y ha acompañado a la humanidad a lo largo de su historia. Compartir pan es compartir amistad. La germinación del grano, el nacimiento y muerte de la planta, y su vuelta a la vida en forma de pan representa la resurrección, a la que todas las religiones del mundo antiguo aluden.

La Sierra de Segura, enfrenta una crisis silenciosa pero devastadora: la despoblación. Sé que no descubro nada nuevo y que se ha hablado mucho sobre este tema, pero la situación empeora a un ritmo de vértigo sin que a nadie parezca importarle lo más mínimo. Yo soy de aquí y me niego a que nuestros pueblos se conviertan en un mero recuerdo. Nuestros jóvenes se marchan a la universidad y ya no vuelven; los que vuelven se encuentran con muy pocas oportunidades de empleo debido a la falta de proyectos innovadores en la zona, pero también a la situación de desventaja en la que se encuentran a la hora de arriesgarse con una iniciativa propia. Es urgente la creación de una Oficina del Emprendedor y la Emprendedora en la Sierra de Segura que acompañe, coordine, motive y convoque formación y actualización en temas específicos relacionados con el negocio y temas tecnológicos. Que ofrezca un marco de apoyo que permita a nuestros jóvenes desarrollar sus proyectos e iniciativas en su propia tierra, contribuyendo así al crecimiento económico y social, pero también evitando el doloroso desarraigo que tienen que vivir los que se ven obligados a abandonar sus raíces.

Chicos y chicas de la Sierra de Segura tienen la formación y la ilusión necesarias para emprender, pero se enfrentan a numerosas dificultades: acceso limitado a financiamiento, infraestructura tecnológica precaria, falta de formación en gestión empresarial y problemas para acceder a mercados más amplios. Todo esto se agrava con una burocracia interminable/agotadora y la ausencia de un verdadero respaldo institucional que se implique con el medio rural y esté decidido a frenar este flujo migratorio constante y doloroso.

La principal barrera para los emprendedores en las zonas rurales es la soledad. Falta una entidad que facilite los trámites, permisos y solicitudes, que agilice plazos y evite que los proyectos mueran antes de nacer. La visibilidad es otro gran desafío; las redes sociales y los programas informáticos específicos son herramientas esenciales en las zonas rurales. La escasez de mano de obra cualificada también es un obstáculo significativo. La creación de una Oficina del Emprendedor y la Emprendedora podría tener un impacto transformador en la Sierra de Segura. A largo plazo, la región podría convertirse en un hub de innovación rural, atrayendo a nuevos residentes y mejorando la calidad de vida de los habitantes.

Hace poco descubrí las esculturas de Bruno Catalano, son figuras aparentemente inacabadas, hasta que descubres que en realidad expresan el vacío que deja el viaje en las personas desplazadas, el sentimiento de pérdida que se produce cuando tienes que abandonar tu lugar seguro del mundo y lanzarte a la incertidumbre. Él abandonó Marruecos con 15 años acompañado de una maleta, se instaló en Francia y encontró en la escultura la forma perfecta para expresar sus emociones. Yo utilizo la escritura para poner el foco en pequeñas injusticias de las que apenas se habla y que parecen pasar desapercibidas a pesar del desgarro que producen. Siempre hablamos de flujos migratorios de país a país, de continente a continente y olvidamos que en el medio rural se vive una tragedia similar, aunque a menor escala, sin que nadie le dedique ni una escultura, apenas alguna que otra portada para cubrir la noticia y después a otra cosa. Tal vez os parezca frívola mi reflexión, soy consciente de la hipérbole, pero olvidamos que son las personas que viven en los pueblos las verdaderas guardianas de las raíces, del tronco y de las hojas que limpian el aire; del agua cristalina que se desliza a través del grifo y calma tu sed. Son las guardianas del pan y de la vida.

Diario JAÉN


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