“Un mal trago”

El pasado 15 de noviembre, la Asociación Jiennense de Alcohólicos Rehabilitados celebró con diversos actos el Día Mundial Sin Alcohol. Qué difícil es para una persona reconocer que tiene problemas con el consumo de alcohol, y más difícil aún dar el paso para iniciar un tratamiento de rehabilitación. Tras años de esconder su adicción, de mentirse a sí misma, a su familia y amigos, algo repentino sucede en su vida que le hace dar el paso y pedir ayuda. Una realidad tan dura como que la echen de casa, que su pareja le pida el divorcio, que la despidan o que la condenen por delito de alcoholemia. Es entonces cuando se topa con la cruda realidad, tiene una enfermedad derivada de la ingesta de alcohol. Hablamos de personas enfermas por alcoholismo, cuando beber alcohol se convierte en la columna que vertebra los espacios vitales en los que se desenvuelve como persona. Los expertos advierten que el consumo de bebidas con graduación alcohólica, por muy pequeña que sea, conlleva un alto riesgo para la salud, pudiendo causar daños físicos, mentales y sociales, máxime si este uso se asocia a otros factores agravantes de la enfermedad como son los genéticos, psicosociales y ambientales.