Un derecho

    09 jun 2019 / 11:38 H.

    El suicidio de Verónica, de 32 años y madre de dos hijos, nos ha dejado a todos desalentados y confusos. El móvil ha llegado a formar parte de nuestra vida de una manera tan esencial que solo desde un uso responsable podemos avanzar en su utilización. Por un lado, esa epidemia enfermiza de transmitirlo y grabarlo todo que no nos deja disfrutar el momento y, por otro, el respeto a los demás, a su intimidad. Quiero alzar mi voz contra una práctica que es un atentado gravísimo contra la dignidad de las personas. El calvario de Verónica sufriendo años de acoso y humillaciones ha acabado por destrozar una vida y una familia. Me viene el recuerdo de lo acontecido con la manada y su vídeo reenviado de los hechos delictivos. Necesitamos una ley fuerte que acabe con estas prácticas y una educación a las generaciones más jóvenes para que el uso del móvil y del WhatsApp estén sujetos a la ley y a la ética. Será la única manera de defender la dignidad de las personas. No es de recibo ampararse en el reenvío anónimo de hechos delictivos que pueden ocasionar tanto sufrimiento e incluso el suicidio de una persona. Prevenir es curar.