Un cuarto de siglo en casa

El año pasado se cumplió un cuarto de siglo de la toma de posesión por los abogados jiennenses de su casa; con el rigor de la pandemia no estábamos para eventos. Tal día como hoy, hace 26 años, al filo de sus 150 años de existencia, el Colegio de Jaén inauguraba una sede digna y de su propiedad, para no depender de nadie en el desarrollo de la vida corporativa. Pienso —lo he repetido muchas veces— que es un símbolo de la solidez, la independencia y la libertad de la abogacía; por ello, no se escatimó en medios y esfuerzos para abrirse a la sociedad provincial, mostrar la importancia y solidez de la función que ejerce e incrementar el prestigio, la consideración y respeto a la profesión. Mereció la pena el esfuerzo de aquella gran Junta de Gobierno, cuyos miembros dieron lo mejor de sí en la tarea. Por propia decisión no hubo una placa de recuerdo; los nombres están en la prensa, en los libros y en la mente de tantos compañeros. 26 años después, son otras las realidades, otros talantes, otros los problemas, nos guste o no; la esencia es la misma: donde haya en Jaén un derecho conculcado, un hombre, una mujer o un colectivo que lo precise, habrá un abogado arropado por su Colegio.