Un auténtico amante de las letras

Ha fallecido Fernando Sánchez Dragó. Justo ahora me acabo de enterar. Descanse en paz mi estimado y admirado escritor. Era así como él se autollamaba y le gustaba ser llamado: Escritor. Porque lo era, porque lo disfrutaba y porque es la palabra justa que merece tener la persona que se dedica a las buenas letras. A escribir y hacerlo con pasión. El ser escritor es una profesión y es un disfrute. Así lo decía. Un trabajo que mientras lo hacía, no le pesaba el cansancio. Porque se vive con entusiasmo. Es un deleite, para entrar en el arrobamiento. Desarrollarlo compensa. Aunque difícil, se disfruta trabajando duro, pero extraordinariamente bello y creativo. Nos dejó el hombre, un contador de historias, un andariego del mundo quizás en su juventud un extravagante vagabundo. Creativo, hablador y mundano. Disfrutaba juntando letra con letra y estando entre libros siempre. Vivía en un apartado pueblo de Soria, Castilfrío de la Sierra. Tenía cuatro hijos. Su actual mujer es japonesa y su biblioteca privada es de las más numerosas de España. En su despacho se encuentra su ataúd y si terminaba muy cansado en la madrugada de escribir, se echaba un sueñecito dentro de él. Todo un acróbata del pensamiento.