¿Tranvía? Sí, pero...

    08 ene 2024 / 09:16 H.
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    No soy urbanista, ni paisajista, ni política. (Aquí iba a escribir y no lo hago esa palabra obstructiva, castradora y adversativa gramatical que detesto tanto como evito: “pero”). Lo que sí que tengo, más o menos en uso discontinuo, es algo de sentido común. Por tanto, mi opinión sobre el tranvía de Jaén carece de cualquier base científica, pictórica u oportunista que la sustente. (¡Oh, cielos! Otra vez me acosa un “pero” dispuesto a desmentirme a mí misma como si, cada vez que me pongo a hablar por escrito, me convirtiera en mi peor enemiga).

    Bueno será que antes de seguir adelante repase las conjunciones adversativas españolas con las que me contradigo, me acoso y le pongo cerco a mis propias convicciones como si estuviera continuamente haciéndome perdonar por ser una librepensadora libertaria. Si no me equivoco, eran estas: mas, pero, aunque, sino, sin embargo.

    El “mas” conjunción, sin acento, no es que me inquiete demasiado, porque, ni suelo usarlo, ni va por ahí en plan petulante y adverbial, queriendo hacer de menos a su entorno “menos” a quien más se eleva. Lo del “aunque”, con su chispa de vacilación, lejos de incomodar me aporta un respiro para pensarme dos veces lo que se me viene a la boca, entre otras cosas, con lo del tranvía de Jaén. “Aunque”, bien mirado, alguien tendrá que decir algo sensato sobre semejante insensatez como la de cablear el cielo raso del universo para impedirle el paso a los pasos de Semana Santa entre otros inconvenientes paisajísticos. Lo del “sino”, por su hermanamiento con la idea de “oposición”, parece que sea indispensable en el acontecer político parlamentario del día a día. “Sin embargo” es la única conjunción adversativa que necesita de dos palabras, como los seres humanos necesitamos de dos piernas para salir corriendo después de tropezar dos veces en la misma piedra. Pero el “pero” ... ¡Ay, el “pero”! La cantidad de bofetones sin manos que podemos llegar a dar con un simple “pero” aunque vaya precedido de un “sí” que se convierte en “no” antes siquiera de haber nacido.

    Cosa corregida y aumentada a efectos coloquiales son las llamadas “locuciones adversativas” que, con la ayuda de un manual cibernético, me permito enumerar sin ánimo de exhaustividad: sin embargo/ no obstante/ antes bien/ al contrario/ a pesar de/ si bien/ con todo/ más bien/ antes bien. Todas ellas vienen a ser como navajazos verbales con los que algunas personas instaladas en la eterna contradicción petulante se dedican a eviscerar —por llamarlo en plan finolis— el ánimo de cualquier interlocutor que ose aseverar algo en su presencia.

    Tornemos a la idea inicial, que no es otra que la de la toma de posiciones ante lo del tranvía de Jaén, visto desde el lugar de una persona con sentido común, que ni es urbanista, ni paisajista, ni política.

    No necesito ser urbanista para añorar aquel Paseo de la Estación de mi infancia, con bulevar central capaz de ofrecer a la chiquillería un espacio sin peligros de railes traidores.

    Como potencial paisajista prefiero los carrillos de “PatatasPaco” fritas en aceite de oliva a precios convenientes, antes que ese cableado en plan tela de araña gigante que agobia lo suyo.

    Lo de imaginarme “política” en ejercicio es punto y aparte. Pertenezco a la época del “aquí-mando-yo”, “usted-no-sabe-quién-soy-yo”, “y-ya-está”. Y, tras la llamada “transición”, tan llena de la cautelosa generosidad del tenemos-que-hablar, he desembocado la vejez, casi sin darme cuenta, en un “y-tú-más” para quienes, según las malas lenguas, se está empleando a conspicuos académicos a sueldo en fabricar un diccionario de sinónimos de insultos ad hoc que da miedo abrirlo.

    Con mi sentido común, concluyo que esto del tranvía de Jaén es cosa de políticos. Y, por lo que tengo visto, en esta post-transición tan ramplona como “adversativa” y navajera que nos ha tocado sufrir, el paisaje es lo de menos; la urbanidad es un arcaísmo y el sentido común está de sobra. Así que, a ver a quien se le ocurre opinar.

    ¡No hay “pero” que valga!

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