Traje electoral a medida

16 mar 2019 / 11:08 H.

De momento, en la cartelería, el bipartidismo se reparte las esquinas publicitarias por barrios. Subes la persiana, levantas el párpado, te desperezas y ya están Millán y Márquez pidiendo el voto, desde bien temprano. Te saludan con una leve sonrisa porque la procesión va por dentro, que cada cual arrastra lo suyo. Aunque hubo denuncia a la Junta Electoral por parte del PP cuando vieron al candidato socialista por toda la ciudad —en una superposición de imágenes como si fuera Matrix— el PSOE pudo esquivar las balas. El sanedrín electoral hizo un pronunciamiento favorable como publicidad para las municipales y, entonces, los populares tiraron por la calle de en medio y copiaron estrategia. Así, midiéndose en el cuerpo a cuerpo, está la cosa. Cada uno buscando el traje adecuado para la ocasión, toca chaqueta y camisa. Como las elecciones se solapan ya no sabe uno si procede hablar del muro de Trump en el pleno municipal de Jaén o como masculló el alcalde si Pedro Sánchez se pluriemplea como “indultador” de terroristas. Estamos en campaña y si Pablo Casado marca el camino en modo Colón, pues a escorarse toca, que Vox está ahí y sin necesidad de hablar, sube el pan y gana votos. Salud Anguita, sin ir más lejos, cual dama en el lado oscuro, hizo mutis a los principios de ayer, y donde con Ciudadanos dijo sí quiero a una moción de apoyo al Manifiesto por el Día de la Mujer, en esta ocasión, desde su posición de no adscrita y hoy como amazona de Vox, cambió de criterio y votó en contra de la declaración institucional. Cuestión de supervivencia.

Dicen que el todoterreno socialista choca, de nuevo, con el monovolumen de Susana Díaz, no guardan la distancia de seguridad, y ahora a cuento de la confección de las listas y en cómo buscar acomodo a los míos y a los tuyos. Y del híbrido, de momento, nos olvidamos, que Sánchez no quiere quedarse otra vez desnudo ante el espejo. La militancia, por lo tanto, que se entretenga con el paisaje. Salió tan escaldado cuando se quedó sin afines en el comité federal que, aún hoy, escucha Pedro, cada noche, entre sueños, aquello de “la única autoridad en el PSOE soy yo” de Verónica Pérez. Y así no hay quien duerma.

Otra vez buscando las costuras, y como apunta el maestro Lorenzo Caprile “muchas manos en la olla, arde Troya”. Así que Sánchez tomará la tiza azul y marcará el patrón que manden desde Andalucía para ajustarlo a su justa medida. Pero una cosa es cuadrar el traje y otra que malgastes tela. En ciudadanos, sin ir más lejos, tuvieron que lidiar esta semana con un exceso de votos en unas primarias. A lo bodas de Caná, pero en Castilla y León, en las que a la novia Silvia Clemente (antes PP) le agasajaron con más votos que militantes. “Viva el vino” que diría el ya mítico Mariano Rajoy. La oda al pucherazo es de las que marcan género. El aumento exponencial de los votos, “afortunadamente”, fue corregido por un recuento telemático que ríete tú del ojo de halcón de Wimbledon. Aunque los agraviados, por si las moscas, habían advertido que el recuento no salía y que la bola cayó en el anfiteatro. María Cantos, coordinadora de la agrupación de Ciudadanos en Jaén, va cerrando equipo, pero queda aquello de coronarse como guinda del pastel.

Aquí, por aquello del número de afiliados, no es preciso celebrar primarias, así que el partido elige directamente al candidato y se ahorra un berrinche, visto lo visto. Ya dijo el año pasado que no ser la candidata le “defraudaría”. Claro, para ese viaje...

Así las cosas, no sería descabellado pensar, que Francisco Reyes aprovechara cualquier receso en la apretada agenda de la Feria de los Pueblos para ultimar las listas con los alcaldes socialistas, sea como sea. Una vez aceptado que Pilar Parra sea tercera en la lista de Larva todo es posible. Quizá estemos ante un nuevo concepto para frenar la despoblación del ámbito rural. Al menos, la política.