Tragedia y solidaridad

    29 feb 2024 / 09:44 H.
    Ver comentarios

    Me conmueve ver las imágenes del incendio que la pasada semana devoró un bloque de viviendas en el barrio de Campanar de Valencia. Me conmueve las pérdidas de vidas humanas en esas trágicas circunstancias, un incendio que sorprendió por su rapidez y virulencia. Atónitos asistimos a esta situación dantesca en la que tantas familias perdieron sus viviendas con todas sus pertenencias dentro. En cuestión de minutos pasaron de tener una situación estable a sufrir la destrucción de las llamas y sus consecuencias. Poco a poco nos vamos enterando de distintas situaciones personales y familiares que ponen el vello de punta. Pero también me conmueve que frente a la tragedia se despierta la solidaridad de tantas personas para ayudar en esos momentos tan difíciles. Me conmueve la generosidad y el desprendimiento de quienes se esfuerzan y hacen lo posible por aliviar el sufrimiento de los demás. Esta vez ha sido por el fuego, en otras ocasiones ha sido el agua la que ha causado estragos o un terremoto ha devastado lo que estaba en pie; también la guerra se encarga de destruir vidas, familias, viviendas, países, de truncar el futuro de quienes solo saben trabajar para vivir en paz. En estos días hemos podido comprobar infinidad de actos de amor para quienes han sufrido la tragedia de Valencia. Tragedia y solidaridad, dos palabras que nunca se pueden separar, porque esta vez ha sido en Valencia, en otras ocasiones ha sido en algún otro lugar de España o en otra parte del mundo, pero el caso es que siempre hay tragedias que aliviar, siempre hay situaciones difíciles que afrontar; incluso en nuestros ambientes más cercanos, en los que aparentemente nada sucede, quizás otro tipo de tragedia puede estar azotando la vida de quienes jamás pensamos, otro tipo de tragedia que nunca saldrá en los medios de comunicación pero que también debemos atender. Me conmueve también el trabajo silencioso y callado de quienes día a día, paso a paso, granito a granito, facilitan cañas para que otros puedan pescar y construir así una vida digna en familia. Que nunca nos falte esa solidaridad tan necesaria.

    Articulistas