Toque a diana

17 ene 2020 / 09:14 H.
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Tajantemente debe ponerse fin a los sueños coperos. Todo pasó ya y hay que decir que dejó un buen sabor de boca en la afición jiennense. Pero eso ya es historia. Ahora, se impone lanzar un toque fuerte de diana para despertar y hacer frente a la realidad, dispuestos a luchar por el sueño de siempre, el que guía al Real Jaén y a cuantos lo integran: el ascenso. La Copa sirvió para ofrecer una ilusionada satisfacción a los aficionados, para reforzar un poco la raquítica economía y para demostrar que la plantilla blanca, pese a su estrechez numérica, es muy capaz de llevar adelante el proyecto que se le confió a poco que deje de distraerse, de bajar los brazos, y ponga en cada uno de los partidos que quedan por disputar el brío, la entrega, el entusiasmo y las buenas maneras que prodigó ante el Alavés y el Levante. Ya no queda lugar para las dudas. Hay que urgir que la directiva encuentre esos refuerzos que el equipo necesita, hay que pedir que los jugadores no se permitan un momento de relajación en su trabajo y esperar que la afición sea consciente y continúe prestando al equipo el mismo apoyo cargado de ilusión y euforia, que demostró en los partidos de Copa del Rey porque, insisto, el auténtico sueño, el objetivo prioritario no es otro que lograr el ascenso de categoría. Tiempo hay de sobra para intentarlo y conseguirlo si los graderíos del Estadio de la Victoria no vuelven a estar medio vacíos y se conserva el espíritu de solidaridad unánime, ayudando a los jugadores a reforzarse física y anímicamente con este apoyo, este entusiasmo, y demuestren ante equipos más modestos lo que demostraron ante dos conjuntos de Primera División. Es más, la situación es tan determinante, que no solo pediría ese toque de diana que despierte a todos del que fue un bonito sueño, ya sin peso en los proyectos futuros, sino que mandaría al corneta a lanzar un sonoro toque de zafarrancho de combate que llame a filas a todos los que dicen ser incondicionales del Real Jaén y a los que de verdad lo son, dispuestos a arropar en todo instante a los jugadores, sin que importe el nombre del equipo adversario. Ahora, solo debe importarnos un nombre: Real Jaén. Esta es la realidad cuando aún queda tiempo y oportunidades de conseguir lo que de verdad se desea cada día del año. El domingo tenemos la primera oportunidad de demostrar que se entendió el mensaje y hay que aprovecharlo.

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