Todo acaba en un ayer

    04 sep 2022 / 16:00 H.
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    Camino de darle la espalda al verano, con más prisa que nunca y poca esperanza de que el otoño rebaje las ya de por si tan altas temperaturas, andamos buscando la sombra que marca el inicio de septiembre y nos acerca a un nuevo curso escolar. Del doce al quince de este mes volverá el alumnado a sus aulas: primero los de segundo ciclo de infantil y Primaria, después los de la ESO, Bachillerato y FP. Toda una generación de nuevo cuño y harta de antiguallas doctrinas, dispuesta a dejar atrás modelos centrados a los contenidos y en la capacidad del alumno para repetir lo memorizado. La catequesis liberal que la Ley Wert impuso cuando gobernaba Rajoy llevó la escuela pública a la ruina, en favor de un blindaje a la extensión de la concertada y un apoyo económico a la privada. La nueva ley de educación, que para este curso cumple su segundo año, va en la línea de los objetivos fijados por la unión europea y la Unesco para acomodar la legislación a los retos actuales de la enseñanza. Camino entonces de un ansiado y fresco otoño que de espaldas mire al verano y coincida sin rencor lo nuevo por aprender con lo ya conocido, sigamos andando abriendo el futuro.

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