Tirar de la manta

Cuando una frase se pone de moda, está de moda, la cual incomoda y pone a un atolladero insalvable a los que se saltan a la torera la ética y la más elemental de las reglas cívicas, que es meter la mano en el cajón del dinero. Tirar de la manta, es el pan amargo de cada día. Los casos de corrupción en España abundan más que la mala hierba de nuestros campos. Por otra parte y dadas las bajas presiones del frío, si tiras de ella te puedes tapar la cabeza, pero los pies se te quedan más frioleros que las escarchas invernales. Hablando sobre mantas diré que las mantas jaencianas eran famosas en la antigüedad, según los libros en los que me gusta escarbar porque así amplío mis conocimientos sobre esta tierra. Carretera y manta significaba esa estampa de los maletillas que aspiraban a ser toreros famosos de cartel, pasando hambre y sed por esos caminos inciertos. Ahora, en estos días de polémica de sesión continua ese estiramiento de manta es una forma de delatar al amante del dinero ajeno o sea, que si a alguien lo descubren como corrupto a manos llenas, él va a poner el ventilador de los trapos sucios en los que han caído los mal llamados políticos a los que le interesa más llenar su monedero que, mejorar el carrito de la compra, porque con el escaso sueldo sólo llega a la mitad del mes.