Tiempo perdido

    17 oct 2020 / 18:39 H.
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    Se ha intentado acusar a la religión y a su práctica de inculcar a sus fieles el sentimiento de culpabilidad como si esta tuviera su origen solo en la religión. Ya desde los orígenes el ser humano siente culpa ante el mal realizado. No podemos olvidar a Adán y Eva escondiéndose de Dios o a Caín huyendo ante el crimen de Abel. El sentimiento de culpa es innato en todo ser humano y siempre aparece en referencia a la ley y su cumplimiento pero también tiene raíces psicológicas muy profundas investigadas a lo largo del siglo XX por la psicología y la psiquiatría. Yo he cambiado la palabra culpa por la palabra responsabilidad; no creo que el sentido de culpa ayude a las personas a crecer, más bien las paraliza y hunde, sin embargo la responsabilidad es, en primer lugar, aceptar el mal realizado y ver la manera de poder solucionarlo. Eso hace más madura y responsable a la persona que sentirse “un gusano” o alguien que se destruye a sí mismo con la culpabilidad que siempre es un tiempo perdido. Una persona responsable siempre arreglará las situaciones defectuosas de su mal comportamiento. Jesucristo no vino a culpar a los hombres ni a juzgarlos sino a comprenderlos, por eso se hizo humano, y por tanto a redimirlos. A eso llamamos sencillamente salvación.

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