Tempus fugit

    29 may 2021 / 14:18 H.
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    Somos el tiempo que nos queda “, este verso del recordado José Manuel Caballero Bonald me ha hecho reflexionar que de las cosas más valiosas que poseemos los seres humanos es sin duda alguna , el tiempo. De hecho, es el mayor regalo que se puede hacer a una persona. ¿Existiría el tiempo si no existiéramos nosotros? Aristóteles decía que si no hay nadie capaz de contar, nada puede ser contado. Somos los protagonistas de nuestro tiempo, los actores principales, un tiempo que sólo podemos aspirar a medir mientras transcurre. San Agustín llegó a la conclusión de que el tiempo es una propiedad de la mente, es el cerebro el que nos da una percepción del tiempo, no el tiempo en sí mismo. A veces, transcurre más rápidamente si estamos ocupados, otras se nos hace eterno si hacemos algo que nos cuesta o desagrada, por eso tiene una dimensión subjetiva. Cuando experimentamos la sensación de que estamos a tope y no llegamos, la realidad es que el tiempo es el que es, no lo podemos alargar ni acortar, sólo decidir dónde lo podemos invertir mejor. No podemos cambiar el tiempo, pero sí nuestras prioridades. Podríamos resumir con esta frase: primero haga lo que debe y luego lo que quiere. Lo importante tiene que ser el timón que gobierne el barco de nuestra vida. Aprendamos pues, a gestionar nuestro tiempo para poder vivir una vida plenamente feliz y profundamente humana.

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