Te toca
Tiktoker, youtuver, instagramer, meta... físicos y qué sé yo existentes en el mundo de los avatares y las virtualidades espirituales (que las ves pero no existen). Me admiro de todo lo que esta biota ha crecido, que da para estudios y clasificaciones tales que se lo pasarían en grande los grandes puntales de nuestra ciencia. Que ya han surgido nuevas profesiones, ¿profesiones digo?, que así se dicen los que están en cabeza de supuestos seguidores que tienen; así que a más seguidores más “profesionales” son pues por ello cobran, creo, unos buenos dineretes. Vivir del cuento, cosa fina. Pero me preocupa mucho más el efecto que ejercen sobre nuestros niños y jóvenes (y no tan jóvenes), que todo queda en un mundo de apariencias absurdas, incitaciones a acciones hasta peligrosas y sexualización adelantada y extrema que incide en su confuso mundo. Supuestos ejemplos a seguir y seguidos. Comecocos terribles peores que esa bacteria, que nos los dejan vacíos de contenidos e ideas. Y me temo que sea lo que se pretende, mentes planas y acríticas y ¿ser sustituidos por la IA?